Lo que es contar para mi...

De repente me pregunto por qué tengo que contar esto, pero si uno empezara a preguntarse por qué hace todo lo que hace, si uno se preguntara solamente por qué acepta una invitación a cenar (ahora pasa una paloma, y me parece que un gorrión) o por qué cuando alguien nos ha contado un buen cuento, en seguida empieza como una cosquilla en el estómago y no se está tranquilo hasta entrar en la oficina de al lado y contar a su vez el cuento; recién entonces uno está bien, está contento y puede volverse a su trabajo. Que yo sepa nadie ha explicado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores y contar, porque al fin y al cabo nadie se averguenza de respirar o de ponerse los zapatos; son cosas, que se hacen, y cuando pasa algo raro, cuando dentro del zapato encontramos una araña o al respirar se siente como un vidrio roto, entonces hay que contar lo que pasa, contarlo a los muchachos de la oficina o al médico. Ay, doctor, cada vez que respiro... Siempre contarlo,
siempre quitarse esa cosquilla molesta del estómago.

"Las babas del diablo", Julio Cortázar

domingo, 31 de enero de 2010

Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.



Pablo Neruda

jueves, 28 de enero de 2010

...


odio cuando te haces corpóreo en mi mente y luego mis manos descubren tu ausencia,
mis labios te invocan pero mi voz se convierte en un suspiro ahogado de desesperanza.

martes, 26 de enero de 2010

me siento sola


Así se titula una obra de arte ganadora del Salón Pirelli de hace muchos años ya.
Es una joven mujer con sonrisa de Monalisa, no se sabe si cínica, sexual o de infinita paz interior, sentada en un pequeño sofá. La pieza es tridimensional y a blanco y negro. Detrás de lo que sería su cabeza hay un pequeño visor donde se puede ver la imagen de un hombre sacándose el boxer también a blanco y negro.

A pesar de ser una pieza de suma simpleza fue tan impactante para mi que aún hoy la recuerdo como si la estuviera viendo; quedando plasmadas miles de interpretaciones en esa imagen. En efecto la mujer esta sentada sola en su sofá y puede estar viendo a su hombre desvestirse, o puede que se acabe de ir luego de tener sexo y lo esté recreando en su memoria. También puede estar en medio del recuerdo o de una infinita tristeza porque éste ya no esta... no lo sé.

Es gracioso, recuerdo que cuando no había clases y no iba a mi casa como niña buena, me quedaba vagando por ahí y la mayoría de las veces terminaba en el Museo de Arte Contemporáneo, para ese entonces llamado Sofía Imbert. 

En fin... creo que siempre he tenido un espíritu bohemio. Anoche conversaba sobre la poesía, que para mi es la reina de las letras, porque permite que las palabras se conviertan en imágenes que nos tocan profundamente.

Me encanta la poesía, la disfruto, aunque me reconozco incompetente para escribirla, detesto lo rima fácil, por eso aborrezco a Arjona :D Y necesito muchas palabras para poder expresar lo que siento. No me basta decir, me siento sola, necesito la imagen y esta larga divagación que me sirve de vomito y de seguro no me será suficiente porque hay un espacio de mi que no se sacia...  por fortuna, alguien lo lleno pero ahora me queda su ausencia... y por eso estoy, sentada sola en mi departamento, comiendo cotufas (cabritas o palomitas como le quieran llamar) y tomando coca cola, sintiéndome terriblemente sola. Dios salve al azúcar y me mantenga alejada de la diabetes.

Siempre me dicen que soy joven, que para todo roto hay un descosido, que ya llegará...pero pierdo la fe.

Me es tan difícil quedarme quieta y eso no significa que busque algo expres para saciar mis hormonas, sino que sigo con la letanía como si fuera un chicle en mi cabeza.

Por qué es tan difícil amar
Muchas veces pensé que estaba enamorada del amor, pero ahora sé que no es cierto. Sé que el amor se construye, es conocimiento del otro y esta llena de pequeñas cosas cotidianas. De sentir el temblor de su cuerpo una vez que se queda dormido, de ver una peli tirados en el sofá, de saber que si toco acá tendré una reacción allá, de discusiones tontas y de ver nuestros lados amables y no tan amables pero que la sumatoria uno diga, lo acepto así como viene.

Lamentablemente, como diría una gran amiga, para amar se necesita a dos... bueno ella dice que para discutir se necesitan dos pero yo lo proyecto a lo que siento en estos momentos. No se puede amar un recuerdo, al menos yo no puedo, pues amar es un acto de futuro, no del pasado.

El último en salir que apague la luz.


P.D.: La foto no es de la pieza en cuestión pero bueno... eso mejor que nada :)


jueves, 21 de enero de 2010

Verborrea


Verborrea

Dícese de la necesidad imperiosa de convertir los pensamientos es palabras.
Un poder superior casi ajeno me domina; controla mis dedos y estos se convierten en palabras, frases, oraciones, párrafos... algunos se convierten en una charla de chat o en un café bien conversado, mejor si hay un gustoso vino o una refrescante cerveza.

Otras palabras no encuentran oyentes y cuando me canso de oirlas se convierten en historias, relatos, algunos afortunados en cuentos...pero eso sólo ha pasado pocas veces, lo sé, a veces me acobardo.

Pero hay otras que son muy desafortunadas, caen como dardos sobre la persona que me ha herido y se convierten en horribles mails...muy feos mails.

Sin embargo, he decidido que ya estuvo bueno.

Hay un cuento venezolano que leí de pequeña sobre un barbero que tiene la mala suerte de cortarle el cabello al rey, descubriendo así que el rey era mocho, es decir, le faltaba una oreja. Es amenazado de muerte por el rey si revela su secreto y el barbero se vuelve loco ante la necesidad incontenible de sacar ese secreto. En un ataque de ansiedad, abre un hueco en la tierra y grita "el rey es mocho, no tiene oreja, por eso usa, peluca vieja" y tapa el hoyo y se va corriendo, aliviado, liberado, feliz.

Pero no contaba con que naciera de ahí una plantita que fue usada por un artesano para hacer una flauta... y a que no saben lo que cantó la flauta...

"el rey es mocho, no tiene oreja, por eso usa, peluca vieja"

No recuerdo cómo termina el cuento, creo que el rey asume que es mocho y anda sin peluca... hace mucho tiempo que lo leí.

Todo esto para decirles que de ahora en adelante, en lugar de cabar un hoyo en la tierra (escribir terribles mails...por ejemplo) voy a soplar al viento lo que estoy sintiendo, es decir, abrir este blog.

Sean todos bienvenidos.

Espero que les guste y disfruten mis devaneos que van entre lo cursi y lo literario.

Muchas gracias