Lo que es contar para mi...

De repente me pregunto por qué tengo que contar esto, pero si uno empezara a preguntarse por qué hace todo lo que hace, si uno se preguntara solamente por qué acepta una invitación a cenar (ahora pasa una paloma, y me parece que un gorrión) o por qué cuando alguien nos ha contado un buen cuento, en seguida empieza como una cosquilla en el estómago y no se está tranquilo hasta entrar en la oficina de al lado y contar a su vez el cuento; recién entonces uno está bien, está contento y puede volverse a su trabajo. Que yo sepa nadie ha explicado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores y contar, porque al fin y al cabo nadie se averguenza de respirar o de ponerse los zapatos; son cosas, que se hacen, y cuando pasa algo raro, cuando dentro del zapato encontramos una araña o al respirar se siente como un vidrio roto, entonces hay que contar lo que pasa, contarlo a los muchachos de la oficina o al médico. Ay, doctor, cada vez que respiro... Siempre contarlo,
siempre quitarse esa cosquilla molesta del estómago.

"Las babas del diablo", Julio Cortázar

jueves, 21 de enero de 2010

Verborrea


Verborrea

Dícese de la necesidad imperiosa de convertir los pensamientos es palabras.
Un poder superior casi ajeno me domina; controla mis dedos y estos se convierten en palabras, frases, oraciones, párrafos... algunos se convierten en una charla de chat o en un café bien conversado, mejor si hay un gustoso vino o una refrescante cerveza.

Otras palabras no encuentran oyentes y cuando me canso de oirlas se convierten en historias, relatos, algunos afortunados en cuentos...pero eso sólo ha pasado pocas veces, lo sé, a veces me acobardo.

Pero hay otras que son muy desafortunadas, caen como dardos sobre la persona que me ha herido y se convierten en horribles mails...muy feos mails.

Sin embargo, he decidido que ya estuvo bueno.

Hay un cuento venezolano que leí de pequeña sobre un barbero que tiene la mala suerte de cortarle el cabello al rey, descubriendo así que el rey era mocho, es decir, le faltaba una oreja. Es amenazado de muerte por el rey si revela su secreto y el barbero se vuelve loco ante la necesidad incontenible de sacar ese secreto. En un ataque de ansiedad, abre un hueco en la tierra y grita "el rey es mocho, no tiene oreja, por eso usa, peluca vieja" y tapa el hoyo y se va corriendo, aliviado, liberado, feliz.

Pero no contaba con que naciera de ahí una plantita que fue usada por un artesano para hacer una flauta... y a que no saben lo que cantó la flauta...

"el rey es mocho, no tiene oreja, por eso usa, peluca vieja"

No recuerdo cómo termina el cuento, creo que el rey asume que es mocho y anda sin peluca... hace mucho tiempo que lo leí.

Todo esto para decirles que de ahora en adelante, en lugar de cabar un hoyo en la tierra (escribir terribles mails...por ejemplo) voy a soplar al viento lo que estoy sintiendo, es decir, abrir este blog.

Sean todos bienvenidos.

Espero que les guste y disfruten mis devaneos que van entre lo cursi y lo literario.

Muchas gracias

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te felicito por tu bog, espero que muchos seamos los que disfrutemos de leer tus pensamientos, Saludos desde Caracas,
Alí

Unknown dijo...

Hola, me alegra que podamos leer tus pensamientos a pesar de estar tan lejos. Saludos desde Caracas

Joanna dijo...

Muchas gracias por sus comentarios, Alí y Guayanes. Ciertamente, ahora estoy en Santiago de Chile. Espero que siguan visitando mi casa